La fábrica del alemán
El museo MEIRANDE está dentro de una fábrica de conservas situada en la antigua playa de O Rabicho. Esta fue llamada en un primer momento “Fábrica del Andaluz” y desde los años cuarenta hasta hoy “Fábrica del Alemán”. Es indiscutible la fuerte pegada que dejó su último propietario, el enigmático Otto Gerdtzen Boyé, natural de la ciudad alemana de Hamburgo.
La primera referencia que tenemos del edificio se remonta al año 1836. El empresario catalán Sebastián Carsí, desenvuelve actividades artesanales relacionadas con la salazón de la carne y del pescado. En 1857 se encargó del negocio Juan Carsí, que fue el último miembro de esa familia, del que se tiene noticia, que se dedicó a llevar las riendas de la factoría.





En esa segunda mitad del siglo XIX la familia Carsí abandonó la salazón y a partir de este momento alquiló la factoría a distintos empresarios, como José Puig, en 1868. La familia Carsí mantuvo la propiedadeç de la fábrica hasta 1942, cuando se la vendió a Román Cordero Martín.
En 1944 pasa a ser propiedad del industrial alemán Otto Gerdtzen Boyé afincado en Vigo. Surge la marca comercial “Conservas Boyé” y hasta 1952 mantiene las dos líneas de producción (la salazón de pescado y la conserva), que comparten las instalaciones. La fábrica se mantuvo abierta hasta 1955, cuando definitivamente termina la actividad.
El cargadero del Alemán
Situado a pocos metros del museo MEIRANDE, abastecía de hierro y volframio al estado alemán durante el período de entre guerras (etapa comprendida entre el final de la I Guerra Mundial en 1918 y el inicio de la II Guerra Mundial en 1939). Fue construido entre 1925 y 1926.
La empresa propietaria del cargadero (Minerales Galaicos S.A.) de capital alemán, aparecerá en varias listas negras hechas entre 1944 y 1948 por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, como empresa colaboradora con el Tercer Reich.




